¡Rigoberta Menchú se queja!.

(publicado en Masiosare.Blogia.com el 13 de marzo de 2005)
Rigoberta Menchu


¡Sí!, ¡se queja!. Pero… ¿de que se queja? Tal vez se queja porque desde que ganó el Premio Nobel, le insisten en que debe bañarse llueva o no llueva.

Probablemente se inconforma por que el determinante olor de su entrepierna ahuyenta al más osado de sus interlocutores.

Quizás no esté de acuerdo con aquellos presumidos esnobistas que practican la odiosa costumbre de utilizar papel higiénico y lavarse las manos después de ir al baño. ¡Como les odia!

Seguramente su enojo proviene porque, a pesar de la insistencia de sus consejeros de conseguir nuevos harapos, no hay sastre que se atreva a vestir su cilíndrica y olorosa humanidad, obligándola a peregrinar, siempre envuelta, en la misma moda multicolor que su bisabuela le heredara. Ropaje que es celoso guardián de siglos de sudorosa tradición.
¡Pobre Menchú! ¡Que incomprendida que es!
¿Pero de que se queja esta vieja? No está de más, averiguarlo.